27 de diciembre de 2013

FÁBULA DEL GATO QUE QUISO SER PAPA NOEL






Hubo una vez, en una remota navidad, en la que a un hermoso gato se le metió entre ceja y ceja ser papá noel. Así que escapó una noche, del inicial mes de diciembre, por esas calles, a la búsqueda de un tocado o birrete adecuado al cargo de papanoel, pues en la casa que vivía eran ateos de to eso. Tras mucho buscar lo birló de un monigote que andaba por la puerta de una tienda del barrio. 
Tocado por su gorro, con borla blanca bailando, el gatete fabricó un hermoso paquetito sin nada especial. Pero muy ornado, precioso, adecuado al evento, atractivo, especial y todo eso que imaginamos de los regalos navideños.
Llegado el día, se fue a la puerta de la ratonera y colocó el regalito ante la misma. Con su birrete o gorro frigio de papinoel, sonreía atento y trataba de decir el oé oé ese tan característico; pero eso no le salió. 
Un enemigo que quiere ser amigo con la propaganda. La superestructura curturá, las buenas costumbres, el disimulo... Incluso el votambreo de mayorías ¿Sabéis quién digo, no? El gato que quiso ser papi noel es ese gato que da la pega y matraca cada día. Que cada cual adivine la moraleja del cuento. Es bien fácil.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.