19 de septiembre de 2013

CONOCER





Cada día mayor hipocresía, más cinismo y más puñalás traperas entre la gente de abajo. Los de Arriba saben que si nos queremos, si nos amamos, si nos igualamos en normas y condiciones de vida y derechos, si somos libres, nada parará el cambio desde abajo y desde el fondo de la sima en que estamos. Y como lo saben pues tienen infiltrados entre nosotros un montón grande de servidores a ellos y sus intereses. Prueba patente y potente, palpable y al lado de cada uno todos los días, son los millones de votos al PP$OE y entornos. No me canso de mostrarlos. Y sé que cada vez que lo digo se hacen más fuertes. Pues la soberbia, la suprema ignorancia, los miedos y el odio de ellos son el motor imparable. Pero repito y repito a ver si ocurre un milagro y surge la luz. 

Desolador y de persona inmadura, algo muy de hoy. Y no digo madura en ese sentido de adaptación al Poder y su Pasta, que se dice y entiende el común y vulgar, como verdad mentirosa. Es desolador -repito- que cuando dices eso de: mira aquí tengo dos, y acá otros dos, los reuno y tengo cuatro..., alguien dice; ¡eso será para ti, pos esa será tu filosofía, tu forma de ver...! En fin, que si digo que es de día a las doce de la mañana, en Canarias,  también debe de ser mi filosofía y mi forma de ver, o sea que todo es endógeno y personal y no puedo sentar verdad alguna que sea común y visible a todos.
Leer a Benito Espinosa o Descartes no vendría mal, nada mal; pero sobre todo entenderlos. Claro que me dirían que entenderlos según los entiendo yo. De manera que tampoco se podría construir un principio común de entendimiento. Argumentar contra alguien que lo que ese alguien dice es lo que él piensa, cree, o similares argucias de sabihondos..., para anularlo, es costumbre de patio de instituto de segunda, o sala de profes, que es peor que patio, mucho peor que tasca o bareto cutre. Algo tan zafio como plantearse, a estas alturas, el asunto de si dios existe o no existe, algo improcedente, por ser un pésimo abarcamiento de todo eso, desde un simple método elemental del conocimiento sencillo del mundo y de uno mismo.
En fin, que no hay deseo, vida, ansia, vitalismo, pasión, generosidad, valentía torera, afán sano por conocer, saber de verdad y de forma reposada y sin esas trampas de los cojongoncios que los más ponen, hasta ellas que no tienen cojongoncios visibles, hasta ellas ponen más cojongoncios que verdad, bondad y belleza en conocer verdad bondad y belleza.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.