FASCINA

¿Existe verdaderamente una conjuración

silenciosa contra el artista original y solitario,

que se obstina en no reunir más que las rosas

de su espíritu? ¿Existe verdaderamente esa 

conjuración de los mantos negros contra 

las albas túnicas: y alguna vez en la noche, 

se han ahuecado para jurar nuestra pérdida?

Rafael Cansinos Asséns

El divino fracaso

me entiendo bien con los lobos y los gatos

con los pájaros del campo que me cantan

con la clara luz chorreando en la nieve

o cuando atiza furiosa en el verano

la calor que me cubre hasta la testa

amo andar descalzo y tropezarme todo

o desnudo correr por esos campos

la siesta larga de una era y en la paja

aleteo de alegrías si grito lo que estimo

a todos los vientos en el monte o sierra

y el eco me repite el son como su música

adoro chuparme los dedos de melocotón

de pavo pollo sardina o comiendo sopa

estirarme como un micifuz y alzar la cola

restallarme la piel intensa de la espalda

beber en el cuenco de mis manos solas

tumbarme en medio de la calle como

si fuera a dormirme tranquilo unas horas

soñar que no hay autos y que ardieron todos

mear por los caminos dejando su reguero 

tirar a voleo trigo o semillas para siembra

despertarme vivo y vivir la alegría viva

dormirme sin darme cuenta ni pensarlo

me entiendo bien con los gatos y los lobos

me fascina aún correrme despacito

hablar con los muertos redimirme

ni la urgencia ni el mal sean mis sueños

adoro no ser nada y siempre ahora

ni ser nadie por nada del oro y del tesoro

llenarme de sol y de soledad llena

beberme a borbotones una flor

andarme fornicando con las nubes lentas

rascarme el bolsillo por si surge

el billete de todo entre la mano

respirar al fondo del principio y precipicio

aplastar una nuez entre mis dedos

lo justo para que se me abra tanto

como abre mi boca de mis sueños

me contienen ahora y que me duermen

De Libretario 

cuaderno diario de poesía 

1997-2006