21 de diciembre de 2012

ARTE POR ARTE







Escribir poesía hoy, aquí, es por amor al arte o se es un impostor. Las cosas claras. Y quien dice escribir poesía dice hacer arte. Y sobre todo que el arte no sirva para nada. Para nada de lo que se entiende servir o servicio, en esta sociedad del espectáculo cutre y grisáceo triunfante. No hacer arte por la parte a trincar, sino por el arte. 
Ya sé que es algo que no se enseña en el cole, ni en las familias y menos se predica en los falsimedios. Si se estudia la mecánica comercial en la uni. Todos ellos muy de orden y ordenados por mercados, capitales, banca, que nos hunden en sus estafas. No obstante la gente mayoritaria los sigue apoyando.Y siguen alentando a los nenes y nenas para hacerse famosos poetas y escritores, que vendan más que nadie, que ganen premios boyantes y ligueros y se midan y codeen con toa la patulea del poder económico y pimpante.
Antes que la caída de la estafa o vulgo crisis, había caído el espíritu, el ser, la bondad, la belleza, la verdad. Y cuando eso cae, todo se viene abajo en un cataclás. Por eso hoy el personal que se dice escritor tira pal monte del dinero como patrón de su medida. Todo orégano. Por eso la poesía debe servir pa algo útil y pa alguien que gane dineritos con ella. Si no sirve no es buena, no vale, como decía el lema de la OJE: vale quien sirve
El sentido del servicio o utilidad y del negocio es el que manda todo. Todo tiene precio y es reducido a mercado y mercancía. Desde un orgasmo hasta un queso, desde un suspiro a una botella de vino.
Para mí ha sido siempre la medida de las personas. Su altruismo ante el hecho artístico. Que hay mucha gente que no lo entiende, o nunca lo tuvo, ni lo tendrá. Que desprecia a Góngora porque lo que escribió no sirve pa na de na. Y si le pregunto que para qué sirve el fútbol, aparte de ser el negocio que chulea la necesidad de la gente de desarrollo del sentido lúdico y de la alegría que dona..., se me queda mirando turulato y sin entender ni papa. Sí, porque eso hacen los llamados juegos o deportes. Que no dejan de ser juegos por eso. En donde el sentido meramente de jugar está presente. Y del que goza la gran mayoría simplemente viendo jugar el juego..., aunque sometido -ese sentido lúdico- al negocio por el capital, la banca, sus mercados y espectáculos y todo eso.
Pues imaginemos que alguien construye un poemario o una novela o un ensayo o un texto teatral, hechos siempre de palabras, para el mero goce estético, por pura delectación de su belleza., bien y verdad. Eso es el arte. Y ese es el norte que jamás debe perder todo artista auténtico y real. Todos los demás son bazofia y truco de la hecatombe agazapada y prostibularia, celestinesca, que arrampla con todo bien, verdad y belleza.
No escribir para vivir sino vivir para seguir escribiendo con sentido y luz. Hoy y aquí, predicando en este desierto aparente. Echando este escrito en esta botella que siempre  encontrará un náufrago, que siempre dará de beber a algún nómada perdido en medio de este sáhara de fuego.
Es el estricto deber ético y estético del creador. Dar esa luz, esa belleza, esa bondad, esa verdad de que el mundo es todo gratis total, aunque el mal, los feos, los falsos quieran ponerle precios a todo y jugar al negocio. Que todos saben que es la negación del ocio, que es la bullanga, la guerra o el jaleo de este tétrico espectáculo de grisalla. 
Y yo también como todos los días.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.