30 de agosto de 2012

LA ROSA






Lo que es muy dudoso es que el señor Sespir existiera. Y totalmente demostrado que no escribió nada de nada. Y menos esos sonetos. Y si los escribió pues deben interesar -exclusivamente- por su arte como tales. No por la pluma con que fueron escritos, o el papel, o la mesa en que se escribieron, o si el autor estaba estreñido, usaba de fornicios con prostitutas o se inspiraba en ellas.
Es interesante saber todo lo adecuado sobre el pretexto de una obra literaria. Puede alumbrar algo en su entendimiento. Pero no es ni lo que la valora ni lo que le da su valor. Por ejemplo, si tenemos en cuenta la anécdota de que Edgar Allan Poe, siendo niño, cayó en un pozo cegado y estuvo muchas horas en el mismo y que ese suceso marca sus temas por el miedo y la angustia, es evidente que podemos entender mejor su obra. Pero esa anécdota no añade ni marca ni un sólo valor artístico y literario a su obra. Hecha exclusivamente con palabras. Por ende el valor lo marca el texto, nunca el pretexto y menos el contexto. Aunque bien alumbran todos los aspectos textuales.
Que los sonetos de Sespir los inspiró una prostituta o una panaera no validan nada esencial de los mismos. Se ha llegado a decir que si eran dedicados a un muchachito, a una señora de alta alcurnia, pasando por otras martingalas del estilo y acabamos en que si son inspirados en una señora puta, que más que puta era bujarrona del negocio proxeneta, si leemos cuidadosamente y lo que parece. Pos mu bien, señores críticos y estudiados de garrafa. Será quienes vos digáis. Pero lo que importa es la rosa. Ni la maceta que contiene la planta, ni la tierra y su color, ni siquiera la rama o las hojas de la misma.  O el agua que la riega o la luz que le da, ni el sol mismo. Lo que importa es la rosa. Y cantáis seguro que a ella no llegáis. Y con estos estudios estáis asegurando que no importe mucho a la gente para que se acerque a la misma. A la obra atribuida a Sespir. A esos sonetos, que son lo importante.
Todo se reduce a mercado y cultureta barata, a gilipollez seudocultural y seudoliteraria y nada artística. Es el signo de los tiempos. Por ello en esta vorágine cualquiera vale para crear, y cualquier cosa es literatura. Lo marca la publicidad y el Mercado. De modo que la novela histórica cada día se hace más importante. De sucedáneo de la novela del oeste y rosa ha pasado a ser un canon de la creación importante en literatura. Y pasa esto que pasa, que la historicidad empaña y empantana todo. Lo novelístico historiado ensucia y emponzoña todo de una enanez mental sin fondo. Lo miente y cuchufletea, lo guarretea todo con dengues telelevisivos de programas del corazón y similares cantiñas, poco serias para los creadores con dignidad. 
Es la Crisis, la Estafa, el Soponcio y el Desmadre, el Timo a toda la gente necesitada de arte. Del de verdad. Y no sucedáneos cantamañanas que valoran por lo anecdótico, obviando lo esencial siempre. Tiempos de tinieblas estos tiempos.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.