3 de diciembre de 2011

QUIJOTERÍA

Los quijotes no tienen por qué ser todos esos señores soñadores, utopistas, idealistas, ensoñadores, maravillosos y altruistas... Fundamentalmente el quijotismo encierra un autoengaño fatal, una encerrona, una cierta memez y bastante fatalidad. La cabal fatalidad del loco, o descolocado (mejor), de la realidad que libera, iguala, ama... Son autoengaños espejeantes, en donde los alienados ven lo que les siembran en sus cocoteras los interesados de ese río revuelto de la quijotería.

Por lo general la palabra quijotería está mal interpretada y mal usada como algo bondadoso, cuando no lo es en nada. Esta palabra, como todas las palabras, está llena de trampas para el engaño.

Cervantes usaba, a los que encenagaban y revolvían ese río de la cordura, con novelas de caballerías o similares, como los nigromantes y embaucadores interesados en alocar al personal. Hoy los escribidores de novelas caballerescas, o sus metáforas, son otros, y son los mismos que consiguen similares descolocaciones a los quijotes, que vuelven tarumbas y fuera de juego. Ha habido una cierta perversión romántica, o decimonónica, del quijote, del quijotismo, de la quijotería. Como algo simpático y bueno, algo que despertaba simpatías o respetable. Cuando no lo es, si nos quitamos la careta romántica, que tanto daño hizo a la literatura, a fuer -precisamente- de quijotesca boba y lela, cuando no sensiblera y ñoña o fatídica. Pero los magos manipuladores y maestros de esa estafa se las saben todas, y a lo largo del tiempo han utilizado otras maneras para volver tarumbas a los cuerdos, a cuentas con patrañas diversas. Desde el dinero a la droga, pasando por el sexo o la vida, el vicio o la misma muerte. Por mencionar algunas de esas patrañas -similares a libros de caballerías- uno recuerda la Historia y sus contadores o detentadores. O la Política y sus cuentacuentos diversos. Sobre todo los que ganan siempre. Y yo me pregunto, pues si ganan siempre, ¿a costa de quiénes que perdemos?

Sin traer los gatuperios esenciales de ese mundo sumido en la misera mental. Una amiga del alma me decía hoy que ella no cree esa cantar y cuento de la Crisis, que la Crisis no existe, que es molino de vientos, aireándose en plena mancha del alma boba y lisa, para que vuelen los malos y trisquen los pervertidos y perversores, fautores de quijotes. Que la Crisis siempre ha existido para los pobres, y los pobres pa la Crisis, y que gracias a eso hay lo que hay. Unos pocos que detentan todo el poder económico, político, social y militar, que es la fuerza que justifica todo lo anterior.

Pero otros géneros que atribulan y enloquecen al personal que vota es, asimismo, la Tele y el Cine. Mencionemos el género mayor llamado Medios de Comunicación de Masas o vulgo Propaganda y Publicidad de los Malos Magos, Brujos o Niegromantes urdidores del engaño que sume en la quijotería a to quisque. La Tele o ¿Tela?, y el Cine o ¿Sino?: dos puntales esenciales para agitar la mollera de la gente y hacerle ver que lo que es no es y lo que debe ser no es, ni será. Sembrarle a to dios el coco de fantasmas y fantasmadas y fantasmagorías, que alejan de la realidad real de lo que sucede. Mientras los miserables manipuladores nigromantes hacen sus agostos y trepan y suben, y triskan y ganan.

Lo real del quijotismo es terrible..., hay ciertos quijotismos tristes y tremendos, uno de ellos es creerse demócratas, justos..., otro es creerse que la vida es como las pelis yanquis, que es el quijotismo más perverso, y que vuelve realmente locas a las chusmas que aguantan, y votan con fervor, todas las injusticias, todas las barbaridades y todo lo peor de la Banca, los Partidos Políticos en Mando, los Mercados, las Especuladores, los Sindicatos del Crimen y Mayoritarios, el Capitalismo y las mil y una truhanerías que todo eso hace contra ellos mismos. Los quijotes, así, andan contentos y dichosos maltratándose, aunque de camino arrasen con otros inocentes, la libertad, las igualdades y el amor.

FOTO.- Puede verse una ilustración, de mediados de los años cincuenta, que ilustra a la perfección la quijotería del señor montado, y la misma del señor que tira del cochecito, con el cuento quijotesco de la manzana, zanahoria, sueños, ilusiones, crisis, dineros o lo que sea que aliena.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.