18 de febrero de 2007

FAUNOS

Ayer vi El laberinto del fauno. Emocionante, desde el inicio al fin. In crescendo. Más creíble que todas las que se pueden ver en el entorno que llaman guerra civil y sus consecuencias.
Y digo emoción cierta, grande, infantil. La película está bien llevada y traida. Es lo que entiendo que debe ser el cine.
Tengo que averiguarlo en los próximos meses. Lo de mi intensa emoción. Sobre todo cuando la tortilla dio vuelta, y el maquis tomó el caserío franquista, liberándolo. Algo adivinado, o deseado, desde el inicio de la peli, como deseo que un maquis arrase la medianía dominante de ahora; pero que a mí me arrasó en oleada emocional grande, positiva, generosa y pletórica de alegría.
La mezcla de la tragedia real de la niña. Tragedia real, aunque apoteosis vital, por su regreso al paraíso, fue una mezcla difícil de vivir, y hablo de la emoción, y de crear por cualquier obra artística. No es fácil recrear los mitos y recrear los procesos del alma humana. Hacía mucho tiempo que no vivía algo tan intenso. Tanto que estoy como los místicos, tratando de explicar una experiencia síquica de difícil expresión. De momento.
Bueno, algo tan emocionante y rico viví hace poco con la escucha completa de El Quijote, que me leyeron.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.